Es una planta herbácea de ciclo anual, trepadora o rastrera, de la familia Cucurbitaceae originaria de África, pero con una gran presencia y difusión en Asia.
Características:
La sandía es un fruto ovalado o de forma esférica de dimensiones considerables. Su cáscara varía de color, desde el verde pálido al oscuro, a veces tiene franjas de dos tonalidades de verde. La pulpa normalmente es de color rojo intenso, rosado o amarillo y contiene múltiples pepitas en su interior, aunque algunas variedades no presentan estas semillas.
Aspectos nutricionales:
Es una fruta con un
altísimo contenido en agua (250 g de sandía equivalen a 220-230 g de agua). Aporta una cantidad discreta de
vitamina C y también es una fuente de
betacaroteno o provitamina A. Las variedades amarillas contienen una concentración mayor. Asimismo, contiene vitaminas E y del grupo B. Cabe destacar su contenido en
calcio y hierro. El aporte de
magnesio y potasio explica las virtudes de esta fruta para reponer pérdidas de sales minerales. Contiene poca fibra y sus grasas son ínfimas.
Sandía sin semillas:
Las sandías sin semillas son el resultado de una hibridación natural entre dos variedades. El fruto es una sandía triploide con semillas que al ser plantadas producen frutos estériles. No obstante, las semillas de sandía pueden comerse, como las pipas de calabaza.
Sandía amarilla:
es muy popular en toda Europa por la cantidad de propiedades que tiene distintas a sus hermanas, las sandías rojas. Según los expertos, el color de su pulpa es debido a que posee una gran cantidad de carotinoides, pigmentos vegetales naturales que son muy buenos para la salud. La sandía amarilla tiene 46 calorías y 0% de grasa, sodio y colesterol, además de que aporta 10 gramos de azúcar y un gramo de proteínas. Contiene vitamina A, vitamina C y calcio.